El gas en vehículos no es una solución limpia y puede poner en riesgo a las personas

por Erasmo Carlos Battistella

La violenta explosión de un camión cisterna que transportaba gas licuado el sábado (6/13), en una carretera en China, refuerza la importancia de la reflexión sobre el uso de este combustible fósil en los centros urbanos. Según la agencia de noticias de ese país, el accidente causó unas 20 muertes y aproximadamente 200 heridos.

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El gas licuado para su uso en vehículos tiene varios aspectos negativos que deben destacarse.

Primero es su origen fósil, un recurso no renovable y contaminante.

El segundo punto es el riesgo de explosión incrementado por accidentes, falta de instalación adecuada y equipo de mantenimiento. Sin mencionar el registro de muchos accidentes durante el proceso de suministro.

El tercer factor se debe a los otros dos: debido a sus características, no es una solución de movilidad urbana. En realidad es un combustible más adecuado para ser usado en industrias y  fuera de las ciudades.

Según los fabricantes de automóviles, el gas para vehículos ‘pesa’ en el autobús alrededor de 1,5 toneladas, lo que significa que deja de transportar de 15 a 20 pasajeros. El consumo también es bastante alto, lo que hace que sea imposible viajes de largas distancias. En el caso de los camiones, el sistema ocuparía mucho espacio de carga. También debemos destacar que la red de suministro de vehículos es limitada.

Mercedes-Benz comenzó a invertir en una solución de gas para vehículos en la década de 1980, pero después de dos décadas, cambió su enfoque. Hoy, el fabricante de automóviles apuesta por HVO, el acrónimo en inglés de aceite vegetal hidrotratado.

Ahora es el turno de HVO

HVO es un biocombustible avanzado (Leer más: Se acerca una nueva generación de biocombustibles avanzados) y representa un paso importante en la búsqueda de combustible sostenible para el mundo de hoy.

Puede producirse utilizando métodos limpios (con menos emisiones de CO2) a partir de residuos de grasa animal, aceites de cocina usados ​​y aceites vegetales. Es un biocombustible de «entrega inmediata» que va «directamente al tanque», sin requerir inversiones en el motor, además de utilizar la red de suministro disponible.

Se puede usar 100% puro en motores diesel para camiones de los años 60 y 70, así como en motores de última generación, desarrollados en Europa y Estados Unidos, sin necesidad de adaptaciones, a diferencia de otras alternativas al uso de aceite. , que requieren una gran inversión en la creación de infraestructura de suministro y en la compra de un nuevo camión o autobús.

El hecho de que HVO ingrese al tanque directamente, sin la necesidad de adaptaciones del motor, es una diferencia fundamental, ya que hace que el potencial de mercado sea aún mayor que el de un biodiesel tradicional, que generalmente se usa en una mezcla con diesel fósil.

Volveremos al tema cuando tratemos con vehículos híbridos y experiencias de movilidad en las principales ciudades del planeta.

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