Debemos aprender muchas lecciones de la crisis, a pesar de todo el sufrimiento que aún nos rodea. Hay muchos informes que demuestran el impacto de la distancia social y la restricción de movilidad en la disminución de los niveles de dióxido de nitrógeno en las grandes ciudades brasileñas.
Mirando el momento que vivimos como una oportunidad para comprender el impacto de la contaminación en la salud de las personas, destaco la importancia de fortalecer el papel que los biocombustibles tienen en el futuro del planeta.
En el artículo «La recuperación debe ser verde», Marina Grossi, presidenta del Consejo Empresarial Brasileño para el Desarrollo Sostenible (CEBDS), destaca que «muchas de las soluciones que nos esperan en la recuperación económica pospandémica, experimentan una aceleración de la transición a Una nueva economía descarbonizada.
O bien aprovechamos la oportunidad para reanudar los negocios, colocando a la economía global en el camino hacia un mundo con emisiones cero o seguiremos siendo dependientes de un sistema de energia fósil del que será imposible escapar. Aquí es donde estamos ahora.
La Comisión Europea presentó el 27 de mayo su propuesta para la reanudación de la economía pospandémica.
El plan «Next Generation EU» define inversiones de 750 mil millones de euros para ayudar a los países afectados por la crisis económica resultante de la pandemia de Covid-19, y también incluye 1,1 billones de euros adicionales a través del presupuesto de la Unión Europea para los próximos siete años.
El documento reserva el 25% de los recursos para iniciativas alineadas con los esfuerzos para mitigar y adaptarse al cambio climático.
En abril, la Agencia Internacional de Energía (AIE) lanzó la Global Energy Review 2020 (ver el enlace del estudio a continuación). El informe presenta una visión general del sector en el último trimestre e indica la tendencia para el uso de energía y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2020, además de los factores que pueden conducir a diferentes comportamientos en este año de la pandemia. Sugiero el estudio en profundidad de este documento.
Sobre todo, aquí en Brasil, tenemos un punto de partida con las políticas para el uso de biocombustibles que deben explorarse e impulsarse en este nuevo nivel de conciencia social. Al mismo tiempo, América Latina será un nuevo centro para la producción avanzada de biocombustibles del proyecto Omega Green en Paraguay.
Esta ventana de oportunidad debe ser utilizada por todos nosotros para que podamos comenzar un entorno nuevo, más saludable y más sostenible.
Esta es la nueva forma.
Revista Global de Energía 2020