He seguido desde Escocia el anuncio del ministro brasileño de Medio Ambiente, Joaquim Leite, en su primera participación oficial en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2021 (COP26), de que Brasil aumentará su objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del 43% al 50% para 2030.
Este nuevo compromiso es una señal del gobierno federal que se centra en la nueva economía verde con el fortalecimiento del consumo de biocombustibles – una referencia en la descarbonización en el transporte -, a través de la Política Nacional de Biocombustibles (RenovaBio), que establece en la ley la progresión de la mezcla hasta el 15% (B15) en 2023.
También se refuerza la aprobación de la Proposición de Ley 528/2020, que amplía el calendario de avance de la mezcla de biodiésel para alcanzar el B20 a partir de 2028, y para la aprobación de la Proposición de Ley 1873/2021, que establece el Programa Nacional de Combustibles Renovables Avanzados, HVO (gasóleo verde) y SPK o SAF (bioqueroseno de aviación).
RenovaBio es una política de Estado que reconoce el papel estratégico de todos los biocombustibles en la matriz energética brasileña para promover la seguridad energética, la previsibilidad del mercado y la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de los combustibles.
Los biocombustibles representan una oferta energética limpia, cada vez más sostenible, competitiva y segura.
El ministro destacó, entre las ventajas competitivas del país en materia ambiental, el hecho de que Brasil cuenta con el mayor programa operacional de biocombustibles a gran escala del mundo, una matriz energética altamente limpia, prácticas agrícolas de baja emisión de carbono – con un papel cada vez más importante de las tecnologías desarrolladas para fijar el carbono en el suelo.
Estas son también las bases del nuevo Programa de Crecimiento Verde anunciado por el gobierno brasileño, que va más allá de la reducción de emisiones, buscando incentivar la conservación de los bosques y el uso racional de los recursos naturales, con la generación de empleo e ingresos.
Los biocombustibles combinan el desarrollo sostenible, el crecimiento económico y los empleos verdes. Esta fórmula ya es una realidad y estoy reforzando esta herencia brasileña en la COP26 para apoyar proyectos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El 3 de noviembre, a las 11 de la mañana (hora local), tendré el honor de hablar sobre biocombustibles en el Pabellón de Brasil en la COP26, en particular sobre el biodiésel y la segunda ola avanzada.