En la post pandemia, necesitamos poner en práctica de manera efectiva las inversiones en energía limpia

por Erasmo Carlos Battistella

El mundo atraviesa un momento de gran impacto que afecta directamente nuestro modelo de vida. El tema al que me gustaría llamar su atención aquí es que no podemos transformar la conciencia despierta durante la pandemia en falsas promesas. El Energy Policy Tracker es una excelente herramienta para monitorear la evolución de las inversiones para la transición de la matriz energética a un modelo más sostenible.

Según la plataforma basada en la información generada por 14 organizaciones de diferentes países, bajo la coordinación del centro de investigación del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IIDS), de los valores asignados por los países del G20 para las políticas energéticas desde el comienzo de la pandemia, 33 % se dirige a apoyar iniciativas que involucren la promoción de energía limpia.

La base de datos se actualiza semanalmente para proporcionar la información más reciente sobre las respuestas de las políticas gubernamentales de Covid-19 desde una perspectiva climática y energética. Es posible identificar datos por país, tipo de energía, mecanismos financieros y otras categorías para ver rápidamente qué tipos de medidas están implementando los países para enfrentar la crisis y qué está dando forma al futuro sistema energético.

Como ya he destacado en otros artículos, debemos aprender mucho de la crisis, a pesar de todo el sufrimiento que aún nos rodea. Mirando el momento en que vivimos como una oportunidad para comprender el impacto de la contaminación en la salud de las personas, destaco la importancia de fortalecer el papel que los biocombustibles tienen en el futuro del planeta.

El costo de la transición es mucho más bajo que el costo de nuestra salud y la pérdida de calidad de vida. Un estudio reciente de la Universidad de Harvard encontró que las personas con Covid-19 que viven en regiones de los Estados Unidos con altos niveles de contaminación del aire tienen más probabilidades de morir a causa de la enfermedad que las personas que viven en áreas menos contaminadas.

El estudio encontró, por ejemplo, que alguien que ha vivido durante décadas en un municipio con altos niveles de contaminación por partículas finas tiene un 8% más de probabilidades de morir a causa de Covid-19 que alguien que vive en una región que tiene solo un microgramo por metro cúbico en menos de ese contaminante.

Como Plínio Nastari, representante de la Sociedad Civil en el Consejo Nacional de Política Energética, nos explicó en un artículo, el uso de la movilidad de los biocombustibles junto con los combustibles tradicionales ha sido un factor relevante en la reducción de la contaminación generada por partículas y otros contaminantes. «La ingeniería ha desarrollado tecnologías para usarlas de manera eficiente, con un gran valor estratégico, económico y ambiental, que deben ser valorados e intensificados», analizó.

Que este sea un momento de compromiso con el cambio. Que las enseñanzas con la pandemia se transformen positivamente y perduren en una nueva práctica política y socialmente consciente.

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